foto: sugarpond
En una época donde el teclado se ha vuelto predominante en centros de trabajo, ocio y cualquier momento intermedio, la escritura a mano está pasando cada vez más a un segundo plano. De hecho, si siguen el camino hacia la “paperless office”, u oficina sin papel, quizás no hagan uso de un lapicero más que pocas veces durante la semana.
Personalmente, admito, por ejemplo, que tipeo muchísimo más rápido de lo que escribo a mano – si, incluso con el teclado virtual del iPhone o Android – , y probablemente lo único que escribo a mano, es mi firma cada vez que tengo que firmar algún documento. Tomar apuntes? Con el teléfono, ya sea un mensaje de voz, o escribir una nota rápidamente. Escribir ideas para futuros posts – brainstorming? En la laptop, o el iPad.
Pues bien, no es la primera vez que escuchamos que escribir a mano ayuda a el desarrollo de nuestro cerebro – ayudando a los niños a mejorar sus habilidades motrices y aprender a expresarse y generar ideas.
Pero un reciente estudio realizado por Virginia Berninger de la Universidad de Wisconsin nos llevó a datos interesantes. Tras probar a estudiantes en los salones del 2, 4 y 6to grado, encontró que no sólo escribían mucho más rápido a mano que con el teclado, sino que además, generaban más ideas cuando componían ensayos.
En otra investigación, Berninger demostró que movimientos secuenciales de los dedos necesarios para escribir a mano activan regiones del cerebro que involucran al pensamiento, lenguaje, y memoria a corto plazo. En pocas palabras, escribir a mano aumenta nuestra actividad neuronal.
Otro dato curioso compartido por Steve Graham, profesor de Vanderbilt University, es que en promedio, tener una buena letra, o escribir bien, puede incluso mejorar nuestras notas y calificaciones. En pocas palabras, las personas –quizás de manera subconsciente – califican la calidad de nuestras ideas basadas, en parte, a la calidad de nuestra forma de escribir.
El problema de todo esto, según nos cuenta The Wall Street Journal, es que el tiempo dedicado a la enseñanza de escritura a mano se está reduciendo, llegando a significar tan sólo una hora a la semana en algunas escuelas.
Sin embargo, de acuerdo a Heather Horn, esto es sólo el acto de la ciencia por fin dándole razón a algo que se sospechaba desde hace bastante años, al menos entre escritores. Según un artículo en Paris Review de 1985, donde el entrevistador le pregunta al novelista Robert Stone si escribe a máquina la mayoría de sus manuscritos, éste respondió: “Si, hasta que algo se vuelve elusivo. Entonces escribo a mano para ser preciso. En una máquina de escribir o procesador de texto puedes apurar algo que no debería ser apurado – podemos perder la riqueza, lucidez. El lapicero obliga e incentiva a la lucidez”
vía The Week
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